16.9.08

El Grito De La Tele.

Había estado esperando desde la tarde de ayer 15 de septiembre la hora en que saliera el infausto personaje que dice “dirigir” el país a dar “su grito”. La tarde-noche fue lluviosísima, como hacía tiempo no llovía en el país, ni en la ciudad, la noche del Grito de Dolores. Después de andarme mojando por las calles de Guanajuato y ver que la explanada de la Alhóndiga no se llenaba más que de charcos y uno que otro valiente con su paraguas (y no tanto por soportar la lluvia estoicamente sino por no amedrentarse ante la idea de estar ahí para escuchar un grito del mediocre de Lalito Romero Hicks que además contaría con la presencia de su impresentable hermano mayor, si el que llevo el Yunque a Conacyt, y un montón de gringos mas entre los invitados de honor) me apure a entrar a algún restaurante que presumiera de tener pantalla o tele donde ver el grito del Pelele. No podía perderme que nuevo ridículo o desfachatez nos brindaría el señor Calderón Hinojosa, con eso de que traía el brazo roto, igual y hasta a Margarita le iba tocar jalarle a la campana o agarrar la bandera; ¿que eso está prohibido?¿Que sería una ofensa a los símbolos patrios? Si..¿y?..Todo este régimen de facto es ya una ofensa a la patria, que por cierto somos todos los mexicanos con nuestros sueños y aspiraciones, así que en un país donde ya todo es posible y todo se vale no me podía perder el show de las 11:00 pm.

Comenzó después del box, al menos en el 13 eso había; la señal fue interrumpida y aparecieron en pantalla tres personajes que a modo de “porristas” oficiales iniciaron ese peregrinar histórico de cada año por las hazañas de esos nuestros héroes tan malqueridos entonces y ahora; aunque ahora es lo de moda malquererlos pero un poquito a escondidas y aprovechando la implacable distancia del tiempo, no dejar de vitorearlos por muy hipócritas que se vean los herederos de los mismos que los llevaran a paredones y traicionaron sin el menor remordimiento. Pero es el mexico de Calderón (así con minúscula, chiquito y sin acento) donde todo lo bizarro puede ocurrir. Entre las inefables y paleras narraciones de la triada histórica que este año incluyo a una Hannia Novell que por lo visto se ha entregado al botox a tal grado que ni su mamá la ha de reconocer por estos días, hizo su entrada la escolta de cadetes de la marina dirigiéndose hacia su lugar habitual tras el balcón principal de Palacio Nacional. Pasaban algunas tomas de la gente que decían colmaba el Zócalo de la ciudad de México. Pero no dejaban de ser tomas algo extrañas, como solo de un lado y siempre coronadas por esos reflectores de circo que sirven para encandilar al televidente y de alguna manera hacer bola y de paso hacer mosca a los “revoltosos” que no pueden oír el grito del señor este como la gente decente. O tal vez sean para que, de alguna extraña manera, “vivamos mejor”. Súbitamente aparecieron en pantalla Margarita con un vestido que le venía algo grande (sin duda habrá mujeres expertas que digan que muy grande) aunque eso si, muy folklórico, y su pequeño marido que, ya sin cabestrillo, se dirigía hacia la escolta. Se ubicó frente al cadete abanderado y sin titubear tomo la bandera ante el asombro de no pocos.. .¿no que de seis a ocho semanas por fractura en la cabeza del humero?...bueno después del caso de las “gastritis crónicas” quien le puede creer a los diagnósticos médicos de estos señores.

Ya en el balcón al pequeño Calderón solo le alcanzo para un arenga tradicional, yo diría que más bien la más fácil; y así, sin mayores compromisos que gritar al aire y que le pudieran traer otro problema más (¡¿otro?!), se puso a jalarle a la campana acompañado por Margarita que, hasta eso, sonreía ( ¿de donde sacar fuerzas esa mujer?).

Pero lo que más me llamó la atención fue a la hora de los cohetes. Como suele ser costumbre, la familia del señor este se acerco al balcón, ahora si, sin soldados de a mentiritas. Y todos los que presenciábamos el “tele-grito” pudimos verlo de frente. Era un Calderón sombrío, su ojos y su rostro nos decían que estaba en todos lados menos en el balcón presidencial, cuantas cosas debieron de estar pasando por su cabeza, casi se podía adivinar que ya se moría de ganas por irse a comer un tamal a su casa. Muy pocas veces hizo alguna mueca a modo de sonrisa, la mayor parte de ese momento tan Mexicano y tan devaluado fue Calderón la viva imagen de alguien que sabe algo tan oscuro y terrible que se lo quisiera tragar con el pozole que le iban a servir en la “verbena VIP” de la “gente palacio”. Parecía el Pelele la viva imagen de alguien que se sabe derrotado.

Terminaron los cohetes, Calderón saludo a la cámara sintiéndose actor de reparto, pero ni así se le borro el pesar del rostro. Ya dentro del Palacio Nacional, de manera poco común se nos mostro el “enorme apoyo” que tiene el señor Calderón entre los mexicanos. Con todo detalle vimos como Soberanes estuvo presto a saludar a su presidente igual que Josefina Vázquez Mota y también su secretario del trabajo, bueno hasta Irídea Salazar estuvo presente saludando a su “presidente del empleo”. Ante tanta finísima persona no puede uno más que esperar que corten la transmisión, se vaya Hannia Novell a intentar que su mamá la reconozca, que el señor de barba y lentes deje de decir tantas tonterías, que se vaya Calderón a comerse su pozole,...y que fuera todo un sueño de esos muy, muy malos.

En la mañana me entere de los atentados contra la gente de Morelia en la noche del grito. ¿Ahora que traman estos delincuentes (los principales, los de Los Pinos)? ¿El petróleo a toda costa? ¿Sería por eso la preocupación de ayer en la noche del Pelele Calderón?...Ya nos enteraremos.

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