31.10.06

EL PUEBLO DE OAXACA NO ESTA SOLO!!

Hoy martes varios integrantes del Comite de Resistencia Civil y la Convencion Nacional Democratica en la ciudad de Guanajuato asistimos a las oficinas de la Secretaria de Gobernacion en esta ciudad, pero a pesar de ser las 12:00 del dia enocontramos que estaban cerradas sin nadie que nos atendiera. Esperamos alrededor de una hora pero en vista de que al parecer nadie abriria las oficinas decidimos pegar nuestro comunicado a la puerta junto con la foto de una de las personas muertas debido a la intervencion de la PFP en Oaxaca.

Este es el comunicado que se dejo en la puerta de las oficinas de Gobernacion:




Guanajuato, Gto. 31 de octubre de 2006.

Lic. Carlos María Abascal Carranza

Secretario de Gobernación

P R E S E N T E


Las acciones represivas del Gobierno Federal en el Estado de Oaxaca ponen en grave riesgo la estabilidad política y la paz social de México, debido a que los encargados de las instituciones de la República no cumplieron con su deber de privilegiar el diálogo y la política para resolver los conflictos. Como ha dicho Andrés Manuel López Obrador, Presidente Legítimo de México: "es inaudito que para prolongar una relación de complicidad entre el PAN y las cúpulas del PRI, a partir de la imposición de Felipe Calderón (en la Presidencia de la República), se use la opresión y el sufrimiento del pueblo de Oaxaca para sostener a un gobernador repudiado y siniestro como Ulises Ruiz. Hay que frenar la violencia en esa entidad y para ello, en primerísimo lugar, debe exigirse la renuncia de Ulises Ruiz".

La frágil democracia electoral mexicana, asediada por instituciones facciosas ha sufrido en Oaxaca, con la entrada de las fuerzas federales a reprimir al pueblo, un golpe certero, porque es clara la amenaza a las formas civilizadas de la convivencia política con la intención de servir a intereses de grupo y no al interés general de la sociedad.

En Guanajuato nos preocupa seriamente la cancelación de las formas democráticas de hacer política, porque las señales de los primeros días del nuevo gobierno no son en modo alguno prometedoras de un clima de debate libre y de lucha política democrática en el marco de nuestras garantías constitucionales.

Ante esta grave situación, los miembros de la Convención Nacional Democrática, en Guanajuato, exigimos al gobierno federal el cese inmediato de las acciones represivas contra el pueblo de Oaxaca. Exigimos también, el restablecimiento inmediato del diálogo y la liberación de los detenidos durante las acciones de la Policía Federal Preventiva, a Ulises Ruiz le exigimos que abandone su cinismo e hipocresía y que renuncie al cargo de gobernador, esa sería la única acción digna que podría reivindicar en toda su vida y a usted, señor secretario, le exigimos que haga política para que se reestablezca el diálogo y la vía democrática en la solución del conflicto.

Como bien dice el Presidente López Obrador: "La ocupación de la ciudad de Oaxaca por la Policía Federal Preventiva y su cauda de muertos y desaparecidos deja al descubierto la perversidad política a que han llegado quienes, sin escrúpulos morales de ninguna índole, están dispuestos a ejercer la represión para conservar el poder en nuestro país." Por ello los convencionistas de Guanajuato nos solidarizamos con el pueblo de Oaxaca y reiteramos que lucharemos en defensa de las libertades políticas y por la democracia: ni la represión, ni la usurpación pasarán.

Sufragio Efectivo, No imposición

Comisión Organizadora de la Convención Nacional Democrática en Guanajuato


*

29.10.06

OAXACA NO ESTA SOLO!

FUERA EL EJERCITO DE OAXACA!!

NO A LA REPRESION CONTRA EL PUEBLO DE OAXACA!!

VIVA LA SOBERANIA POPULAR!!




28.10.06

Represion En Oaxaca...


Me llega este email de ultima hora respecto a lo que esta pasando en Oaxaca:

Dia: Viernes 27 octubre 2006
Hora: 18:00 hrs.
Asunto: SICARIOS DE ULISES RUIZ ATACAN A LA POBLACIÓN EN OAXACA. SE CONFIRMA LA MUERTE DE UN COMPAÑERO CAMARÓGRAFO DE LA AGENCIA INTERNACIONAL INDYMEDIA Y TAMBIÉN HAY SEIS HERIDOS. ES POSIBLE QUE
HAYA MÁS MUERTOS. SIGUEN ATACANDO A LA POBLACIÓN INERME. SE REPORTAN DESAPARECIDOS.

¡Están atacando a la población INDEFENSA de Oaxaca! Hace unos minutos (5:00 p.m.) me llamó una amiga que vive en la Cd. de Oaxaca para pedirme que les mandara esta información. Ellos no pueden usar internet ahora porque es de suma y vital importancia tener las lineas telefónicas desepejadas.

Según dice, hace como media hora los sicarios de Ulises Ruiz comenzaron a atacar las barricadas dispuestas en distintos puntos de la ciudad. Hasta este momento se han reportado 4 heridos entre ellos 3 hombres y una mujer.

Cabe señalar que las personas que integran dichas barricadas carecen de armas, por lo que se encuentran ¡INDEFENSAS! ¡HAGAMOS ALGO POR FAVOR! ¡NO PERMITAMOS ESTO!

27.10.06

Nota Aparecida En EL FINANCIERO



El miedo a la gente en el festival cultural


Un cervantino bajo custodia

Sergio Raúl López

Guanajuato--Al menos tres policías de la PFP --metralletas al costado, pistolas al cinto-- custodian el teatro Principal de esta ciudad. Y lo mismo ocurre con otros recintos culturales como el Cervantes, el Juárez y el Auditorio del Estado; con las plazas públicas y las calles de la que se presume como la gran ciudad Cervantina de México. La situación despierta una simple pregunta, repetida hasta el cansancio durante el mes de octubre: ¿De qué los protegen? ¿A qué temen las autoridades municipales, estatales y federales que organizan el Festival Internacional Cervantino? La respuesta es obvia: a la gente.

Pero no a toda. Sino a los jóvenes con poco dinero y mucho entusiasmo que acuden en masa provenientes de todo el país y que --hay que decirlo-- confunden al festival cultural con la Feria de San Marcos y se dedican al oficio del exceso carnavalesco: beber, ligar, bailar y gritar. Solamente.

Cuando todos los intentos del ex director del festival, Ramiro Osorio, por sacar a esa muchedumbre de las cañadas sobre las que está trazado el centro de la ciudad y atraerlos a espectáculos de teatro callejero o conciertos masivos de rock en el parque La Yerbabuena, el gobierno panista decidió llamar a la PFP para contenerlos hace tres años. Y la estrategia funcionó, pues los teatros incrementaron asistencia y las calles gradualmente comenzaron a vaciarse. Poco importó que se llegara a extremos como golpear a un muchacho con un pantalón hip-hopero a media nalga sólo porque traía los calzones por arriba y no quiso subirse la prenda. O que se les hostigara directamente, no por caminar con un trago en la mano, sino por cantar, brincar o expresarse en la calle repleta. Y claro, por no traer dinero para contribuir a la esperada derrama económica que es el único objeto que los hoteleros, restauranteros y el demás comercio establecido encuentran al Cervantino.

Los primeros dos fines de semana de la trigésimo cuarta edición del festival reafirmaron que la estrategia rindió sus frutos. Acudieron jóvenes, pero en la menor cantidad que se recuerde en varios años. Este fin de semana, el de la clausura --el domingo 22 en la Alhóndiga--, se verá si el festival recupera sus muchedumbres o el hostigamiento policiaco pudo ahuyentarlos.

Este año, empero, a los jóvenes con bolsillos frugales se añadió un segundo grupo de riesgo: los ciudadanos que protestan por la elección presidencial y piensan que Andrés Manuel López Obrador ganó y fue despojado por variadas triquiñuelas. En Guanajuato, uno de los más importantes bastiones del panismo, se busca impedir o al menos invisibilizar la resistencia civil pacífica que un puñado de guanajuatenses ha emprendido.

Ante la veintena de manifestantes que con carteles, moños tricolores y consignas intentaron protestarle a Vicente Fox --quien acudió a la Alhóndiga de Granaditas a inaugurar el festival-- las fuerzas guanajuatenses coordinadas por el Estado Mayor Presidencial realizaron un exagerado operativo con vallas y decenas de retenes, revisiones minuciosas de bolsos y mochilas --incluso estudiantes de primaria y señoras recién salidas del mercado--, interrogatorios exhaustivos y repetitivos --¿a dónde va?, ¿qué pretende hacer?, ¿quién lo invitó a la ceremonia?-- y la petición reiterada de una identificación oficial --paradójicamente la credencial electoral para evitar el paso de los votantes inconformes-- que no sólo cancelaron las libertades civiles y el derecho a la libre manifestación de las ideas, sino que establecieron un tangible estado de sitio el miércoles cuatro de octubre. Los pocos que lograron mostrar sus pancartas en las gradas del lugar, eran retirados por células de varios policías. Pese al dispositivo, Fox ya no visitó el Juárez.

Y esas situaciones no hacen sino cancelar el carácter cultural y artístico del que fuera el encuentro más prestigiado de América Latina. Porque no puede haber cultura ni arte bajo custodia. Porque mirar metralletas por doquier, saberse vigilado por cámaras de seguridad o tener la certeza de que el presidente salido de Guanajuato ya no puede caminar por sus calles como antaño, confiado, sin escolta, sonriente. Ahora se le ocultan las protestas en su propia tierra, como el siete de septiembre, al supervisar la construcción del Centro Cultural Guanajuato en León, donde además de un dispositivo de seguridad mayor, se confiscaban los plumones y se impidió que el periódico AM regalara una lujosa edición conmemorativa de la ocasión para evitar que se escribieran mensajes en la caja que la contenía.

Y por eso el Comité de Resistencia Civil Agrupación Guanajuato junto con decenas de ciudadanos --y una minoría perredista-- presentaron una queja ante la violación de la garantía constitucional de libre tránsito y del derecho de manifestación ante la Procuraduría de los Derechos Humanos estatal, con registro 300/06/0, muestra Lohengrin Martínez, editor y miembro de la asociación.

El grupo organizó una caravana de autos para protestar de forma motorizada el lunes 9 de octubre y luego, el jueves 12, ofreció un maratón artístico en la Plaza de la Paz en la que participaron el poeta Demetrio Vázquez Apolinar, los grupos de rock Cartón y Samsara, estudiantes y profesores de artes plásticas, filosofía, letras e historia de la Universidad de Guanajuato, dirigidos por José Mendívil; algunos cantantes del coro Capella Colonial y el trovador bohemio Javier Vélez, integrante del comité. Otro de ellos, Omar Vargas ha montado la página electrónica http://guanajuato-resistencia-civil.blogspot.com/, que acompaña a otras como http://guanaxresiste.blogspot.com, donde se convoca al Cervantino en resistencia. Y lo más interesante de todo, el grupo, conformado además por Virgilia Cruz, ha montado un bar, Los Pasos de López, al lado de la Alhóndiga de Granaditas, con cuyas ganancias subvencionarán a los guanajuatenses que acudan a la toma de posesión como Presidente Legítimo del ex candidato de la Coalición por el Bien de Todos.

Una lona rasgada con la imagen de Fox se mira al entrar a la ciudad. En ella se lee la leyenda “Fox traidor” y otra que informa que lo han quitado y destruido tres veces. Un reciente decreto presidencial ha convertido al Cervantino en una institución autónoma con presupuesto propio, pero ese mismo poder presidencial, ha cancelado con la fuerza pública el espíritu del festival que es la universalidad del arte y la cultura, la libertad.

24.10.06

No Nada Mas En México Hace Aire…

Para aquellos que insisten en recetarnos la misma “medicina económica” e insisten en querer vendernos la idea de que el modelo económico actual basado en el capitalismo salvaje y las inversiones extranjeras en busca de mano de obra barata son la solución a nuestros problemas, que si seguimos por el mismo camino llegaremos muy lejos (verdad fOX?)...aquí esta una pequeña muestra de lo que causan las grandes privatizaciones y el “adelgazamiento del estado”. Además podemos darnos cuenta que no sólo en México nos quejamos, que no sólo en México hay renegados que no piensan seguir callándose y seguir haciéndole el juego a la oligarquía mundial.

El sábado pasado en Alemania, la mayor economía europea, se vivió una jornada de protestas en buena parte del país. Se calcula que más de 200,000 personas participaron en estas marchas convocadas por la Federación Alemana de Sindicatos en ciudades como Berlín, Stuttgart, Frankfurt, Dortmund y Munich. (Por supuesto esto no salió en nuestra Tele mexicana)

Toda esta gente (familias enteras) salieron a protestar a las calles en contra del constante deterioro en las condiciones de vida en Alemania y que en los últimos años se ha hecho más notable en manos de la coalición del Partido Verde y el Partido Social Demócrata (algo así como el PRIAN alemán) encabezados por Angela Merkel. Una de las principales directrices de la política económica de Merkel y sus aliados ha sido el constante recorte presupuestal del Seguro Social y otras prestaciones sociales como los seguros de retiro, el seguro de desempleo, etc (IMSS, Afores, ISSSTE, etc traducido a mexicano).


Tan solo en Berlín, 60,000 personas portando pancartas y banderas se reunieron para protestar por el constante ataque a las condiciones de vida de millones de alemanes. En muchas de esas pancartas se podían leer consignas contra el creciente desempleo, el cierre de fabricas, contra la perdida de prestaciones laborales con pretexto de la competitividad de la economía. Incluso se podían ver consignas en contra del deterioro de la educación en Alemania (salones sobresaturados, falta de maestros, bajos sueldos, etc..problemas bastante conocidos por los Mexicanos).

Como dato interesante, según datos oficiales difundidos recientemente, el 25% de la población que habita en lo que fue Alemania del Este vive en la pobreza. Recordemos que estamos hablando nada menos que de Alemania, una de las mayores economías del mundo y un ejemplo de progreso que no se cansan de vendernos nuestros “lideres de opinión” y “sesudos analistas”.

Al final nos podemos quedar con una frase pronunciada por un de los oradores en Berlin:

“La desigualdad social no es un problema demográfico, es una bomba de tiempo”.


Omar Vargas

23.10.06

Resistencia En La Clausura Del Cervantino.


Distintos grupos de la resistencia civil del estado de Guanajuato (Guanajuato capital, Salamanca,Celaya, Leon, San Jose Iturbide) y la Cd. de Mexico, realizamos un acto de resistencia durante la clausura del Festival Internacional Cervantino. Esta vez la seguridad fue menos exagerada que durante la ignauracion, asi que logramos acercarnos por la calle 28 de Septiembre hasta un lado del foro en la explanada de la Alhondiga de Granaditas y mostrar a "la rata" que es Felipe Calderon y el grupo de intereses que pretende llevarlo al poder en Mexico.

Al final, las fuerzas de seguridad acabaron desalojandonos del lugar usando la maniobra de "peinar" la calle donde nos encontrabamos apostados, provocando que la gente que queria ver el espectaculo (la calle estaba atestada de gente) se empujara; y este misma marea de gente que hiba siendo desalojada de la zona nos acabo empujando hacia afuera tambien a nosotros. Al parecer a las fuerzas de seguridad en Guanajuato no les importan los graves percances que estas maniobras pueden ocasionar en una zona llena a tope de gente.

Despues de este acto, al grito de "Sufragio Efectivo, No Imposicion" y con "la rata" por delante, continuamos en una marcha sobre la centrica Avenida Juarez hasta la Plazuela de Los Angeles donde nos unimos a varios grupos artisticos de la resistencia que se encontraban ya ahi.

Nuevamente la resistencia civil se hace presente en Guanajuato.





19.10.06

Lo Que Queda Del Cervantino...


Guanajuato Sin Cervantes

Sergio Raúl López

El miércoles cuatro de octubre se canceló el carácter cultural y artístico del encuentro más prestigiado de América Latina. Las decenas de retenes, las vallas y el resguardo de las fuerzas de seguridad pública estatal y municipal, coordinados por el Estado Mayor Presidencial para evitar las protestas electorales contra el presidente Vicente Fox, negaron el espíritu que dio vida al Festival Internacional Cervantino.

Porque las revisiones minuciosas de bolsos y mochilas –incluso de estudiantes de primaria y de señoras recién salidas del mercado–, los interrogatorios exhaustivos y repetitivos –¿a dónde va?, ¿qué pretende hacer?, ¿quién lo invitó a la ceremonia?– y la petición salmódica de una identificación oficial –claro, paradójicamente la credencial electoral para evitar el paso de los electores inconformes– no sólo cancelaron las libertades civiles y el derecho a la libre manifestación de ideas de los guanajuatenses y visitantes que les acompañaban, sino que establecieron un tangible estado de sitio en la inauguración del Festival Internacional Cervantino.

Dos símbolos pueden definir el espíritu del Festival Internacional Cervantino: el porfiriano Teatro Juárez y la plaza pública de la Alhóndiga de Granaditas. Dos recintos para albergar las artes escénicas y musicales: uno cerrado y el otro abierto. Y ambos, durante tres décadas y media, han sido albergue uno privado y el otro masivo, de los públicos que pueblan a la ciudad virreinal durante todos los octubres. Al Juárez no se entra sin boleto. Y a veces el ingreso es un bien codiciado. Todavía se recuerda aquel letrero en los años setenta durante los conciertos de la Filarmónica de Israel dirigida por Leonard Bernstein: “Cambio mi carro por un boleto”.

A cambio, la Alhóndiga es el sitio público por excelencia. El lugar al que se llega masivamente y cuyos mejores áreas se apartan desde muy temprano e incluso desde la noche anterior. Es el rostro comunitario, gratuito, es el patrimonio del pueblo.

Vicente Fox se paseaba por las calles de Guanajuato sin escolta, solo, con confianza. Saludaba a sus gobernados con sonrisas francas y confianza. Se sabía querido, en su propio terruño, en su territorio. Cuando inició su periodo como gobernador rompió con la lejanía y con el protocolo, para acercarse al pueblo. Pero un sexenio en la presidencia lo transformó.

Ahora llegó a Guanajuato con un dispositivo de seguridad exagerado, gigantesco, inexplicable. El confiado gobernador se transformó en un temeroso y receloso mandatario, que se esconde de su propia gente, de sus primeros votantes, de quienes le apoyaron para acceder al poder que le había sido arrebatado por las suciedades electorales del viejo priísmo guanajuatense hoy prácticamente extinto.

Y lo que debía ser fiesta pública, ovaciones por el trabajo hecho tras un sexenio en la silla presidencial se convirtió en un oscuro pasaje del que fuera el festival cultural más importante de Latinoamérica. Pero el que un político tenga miedo del propio pueblo que lo encumbró no era lo más importante. Las vallas que paralizaron Guanajuato capital –y que recordaban el cerco al Congreso de la Unión previo a su último Informe de Gobierno– acabaron con el rasgo cultural y artístico del Cervantino.

Porque la cultura no puede existir bajo resguardo. Ni el arte convivir con un Estado que lo patrocina pero que se defiende del público que acude a disfrutarlo. La gran paradoja del Cervantino y del poder presidencial fue el resguardarse del público que acude fervoroso a disfrutar de la universalidad de la creación humana.

Porque una veintena de manifestantes de la resistencia civil guanajuatense detrás de unas lejanas vallas provocaron la movilización de seiscientos policías estatales y municipales, además de un numeroso contingente del Estado Mayor a lo largo de la cañada sobre la que se erigió la ciudad. Y un puñado de manifestantes portando pancartas dentro de la Alhóndiga repleta fueron motivo suficiente para que células de seis, siete policías los rodearan y los expulsaran del foro abierto. Pero hizo que todos los habitantes de la ciudad sufrieran los bloqueos y las vigilancias.

Tres policías con cuernos de chivo y pistolas escuadra a la entrada de un teatro no hablan precisamente de la libertad artística. Ni permiten la libre circulación de las ideas, tan indispensable para la democracia y tan vital para la circulación de las ideas y la cultura.

Un decreto presidencial ha convertido al Cervantino en una institución autónoma con presupuesto propio. Pero ese mismo poder, el de Vicente Fox, ha cancelado el espíritu mismo del festival. Entre políticos guanajuatenses te veas.

12.10.06

Para Los Que No Tienen Memoria...



Como todos sabemos, el 16 de septiembre pasado la mayoría de los delegados
a la convención nacional democrática decidió que AMLO fuera el presidente
legítimo, cuya toma de posesión, como tal, será el 20 de noviembre. Fue
curiosa la reacción de muchos ante este hecho, especialmente de los
publicistas de la derecha y, desde luego, del Partido Acción Nacional.
Todos ellos, sin excepción, intentaron no sólo minimizar la existencia de
un presidente legítimo, en paralelo con el presidente electo recién
dictaminado por el TEPJF, sino que trataron de ridiculizarlo. Y digo que
fue curiosa porque en 1991, el 26 de septiembre, a las 19 horas, los
panistas, entre otros, reconocieron en la Plaza de los Fundadores de la
capital de San Luis Potosí a Salvador Nava Martínez como "gobernador
legítimo" de esa entidad de la
Federación. Horas antes, a las 14 horas de ese mismo día, en un recinto
cerrado y resguardado por efectivos militares, Fausto Zapata Loredo rendía
protesta como gobernador "legal" del mismo estado, en presencia de Carlos
Salinas de Gortari y en una ceremonia tan breve como precipitada.

Muchos de los críticos de AMLO en 2006 fueron en 1991 entusiastas
simpatizantes de la candidatura de Nava, apoyada por una coalición entonces
considerada sui generis, formada por el Frente Cívico Potosino, el PRD, el
PAN y el Partido Demócrata Mexicano de origen sinarquista y ya
desaparecido. Se trató de la Coalición Democrática Potosina. La elección se
había llevado a cabo el 18 de agosto de ese año. En esa elección, como en
la de 2006, fue evidente que el gobierno había actuado como juez y parte, y
los observadores de entonces concluyeron que la equidad había estado
ausente en el proceso y que los comicios no habían sido transparentes ni
creíbles.

Rafael Reygadas, en su libro Abriendo veredas (capítulo 4), escribió: El 26
de septiembre, el mismo día de la toma de posesión de la gubernatura por
parte de Fausto Zapata, el Informe Final del Proceso de Observación
Electoral de las elecciones en San Luis Potosí señaló:

"La mayor parte de los medios de comunicación potosinos no cumplieron con
su obligación de informar objetivamente a los ciudadanos de las opciones y
de las propuestas políticas existentes... la televisión y la mayoría de la
prensa escrita tuvieron una clara parcialidad a favor de los candidatos del
PRI... (Esto) demostraría que dejó de ser una televisión de estado y se
convirtió en una televisión de partido... también fuimos testigos que
funcionarios gubernamentales intimidaron a ciudadanos o utilizaron la ayuda
económica para favorecer a los candidatos del Partido Revolucionario
Institucional. Hemos documentado incidentes de este tipo en poblados de la
Huasteca, la zona Pame, Moctezuma y Matehuala. Recogimos asimismo
evidencias, en diversas partes de la entidad, que demuestran que se
utilizaron recursos,
oficinas y vehículos oficiales (como el DIF) para hacer campaña a favor de
los candidatos del mismo partido..."

Cámbiesele al texto anterior PRI por PAN y en lugar de DIF escríbase
Secretaría de Desarrollo Social, y el párrafo parecería escrito por los
furiosos y desbocados lópezobradoristas en 2006, pero no fue así. Lo que
ocurre es que los panistas de hoy, sus publicistas por conveniencia y
oportunismo, y varios cardenistas en el PRD tienen mala memoria.

Es pertinente recordar también que Fausto Zapata no pudo entrar en sus
oficinas, pues los navistas (incluidos los del PAN) se instalaron en la
parte frontal del Palacio de Gobierno en la Plaza de Armas de la capital.
Fue un plantón. En paralelo, el 28 de septiembre, Salvador Nava encabezó
una marcha a pie a la ciudad de México. La protesta contra el fraude y la
imposición no se hizo esperar y a mediados de octubre el gobierno federal
propuso un gobernador interino al tiempo que hacía renunciar a Zapata,
quien había sido elogiado por Salinas en su toma de posesión. El gobernador
legítimo, es decir, Salvador Nava, no fue criticado por ostentarse como tal
por decisión de los presentes en la Plaza de los Fundadores, sino apoyado
por muchos que ahora sufren de amnesia. Tampoco fue puesto al frente del
gobierno de su estado, pero sí logró lo que ahora le critican a López Obrador como uno
de sus propósitos: que el gobernador espurio (léase ahora presidente
espurio) se quedara en el palacio de cantera rosada del siglo XVIII. Habrá
que reconocerle a Salinas más oficio político que a Fox, lo que no es
mucho.

No deja de ser curioso que siendo Cárdenas presidente del PRD en 1991,
cuando Nava fue declarado en la plaza pública gobernador legítimo, ahora
diga, haciéndose eco de Luis Villoro (como cita en su carta a Elena
Poniatowska), que "muchos no podemos estar de acuerdo con nombrar un nuevo
presidente en rebeldía. Esto rompería, aunque sólo fuera simbólicamente, el
orden constitucional. Para sostener una amplia y permanente oposición lo
que menos necesitamos son actos provocadores". Y es curioso porque no sólo
hay implícita una defensa del orden constitucional que se quiere cambiar y
que el mismo Cárdenas dijo que debía sufrir cambios, sino que le parezca
una provocación que pondría en riesgo el sostenimiento de "una amplia y
permanente oposición". En el mejor de los casos, esta crítica de Cárdenas
revela que hay dos puntos de vista distintos sobre lo que debe ser "una amplia y
permanente oposición". Para Cárdenas ésta debe darse, según sus hechos y
dichos, dentro de las instituciones y no desconociéndolas; para López
Obrador no, sino en todos los frentes: en los institucionales y en los no
institucionales.

Articulo En La Jornada Sobre Nuestras Acciones De Resistencia.


PROTESTAN POR LA EXCESIVA VIGILANCIA POLICIACA EN EL FIC

Comité de Resistencia Civil en Guanajuato reclama atropello a
garantías individuales durante las visitas de Calderón y Fox

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Guanajuato, Gto., 9 de octubre. Este mediodía integrantes del
Comité de Resistencia Civil-Agrupación Guanajuato realizaron una
caravana vehicular del Palacio de Gobierno a Los Pastitos, con
una pausa frente al Congreso, para protestar por la excesiva
vigilancia policiaca y la violación a los derechos de expresión y
manifestación durante las recientes visitas de Felipe Calderón y
Vicente Fox, que pusieron en ''estado de sitio" el primer cuadro
de esta ciudad.

Con una pancarta de la convención nacional democrática (CND) en
el primero de siete vehículos y cartulinas con leyendas como
''Fox traidor a la democracia", ''Respeto a las garantías
individuales" y ''Respeto a la educación laica y gratuita",
alrededor de las 12 horas los inconformes se detuvieron unos
minutos en una lateral frente al Congreso y, mediante un altavoz,
plantearon su indignación por los atropellos a los habitantes de
esta ciudad y la represión a manifestantes el 26 de septiembre y
el 4 de octubre.

Ahí, ante periodistas locales y nacionales que cubren el Festival
Internacional Cervantino (FIC), el dirigente Carlos Schaffler, ex
candidato a la alcaldía, ex diputado local y consejero nacional
del PRD, consideró que las vallas, retenes, revisiones e
impedimento de protestas se deben a que las autoridades
federales, estatales y municipales ''saben que han cometido un
fraude electoral, y ese es el tamaño de su miedo".

La protesta de hoy, dijo Schaffler, ''es un llamado a que prive
la libertad y a que las autoridades reflexionen y no restrinjan
nuestros derechos". Y confirmó que, ante la presión ciudadana,
este martes a las 5 de la tarde la Procuraduría de los Derechos
Humanos de Guanajuato instalará en la Plazuela del Músico un
módulo para atender demandas ciudadanas por violaciones a
diversos derechos.

Festival artístico

Ya antes, desde el domingo, un grupo de cuatro integrantes del
Comité de Resistencia Civil-Agrupación Guanajuato había anunciado
a La Jornada que, en el contexto del FIC, realizarían diversas
protestas, entre ellas la caravana de vehículos de este lunes y
un festival artístico el próximo jueves en la Plaza de la Paz.

Ellos son Lohengrin Martínez, Francisco Javier Vélez, Virgilia
Cruz y Omar Vargas, integrantes de dicho comité, también asumido
como Comisión Organizadora de la CND en el estado.

Comité y comisión aglutinan a universitarios, campesinos,
habitantes de barrios populares, trabajadores y otros sectores, y
suman ya, como en el resto del país, tres meses y medio de
resistencia civil en el estado de Guanajuato, uno de los
bastiones panistas.

Recordaron que durante la visita de Felipe Calderón el pasado 26
de septiembre, para asistir a la toma de protesta del nuevo
gobernador, Juan Manuel Oliva, integrantes de corporaciones
policiacas estatales reprimieron físicamente e impidieron el
derecho a manifestarse de ciudadanos y militantes perredistas que
repudiaron al presidente electo.

Los carteles fueron arrebatados y destruidos e, incluso, uno de
los manifestantes golpeados debió ser llevado a un hospital,
destacaron. Y durante la visita del presidente Fox el pasado 4 de
octubre para inaugurar el FIC, agregaron, la vigilancia fue aún
mayor, pues se instalaron vallas y retenes desde la Alhóndiga de
Granaditas hasta el teatro Juárez.

Esa vez el Estado Mayor Presidencial también incautó mantas y
carteles y horas antes de la ceremonia en la Alhóndiga sacó uno
por uno a un grupo de manifestantes para, dijeron los del comité,
que no fuera visible la represión.

En cuanto al festival artístico de protesta este jueves,
comenzará a las 12 del día en la Plaza de la Paz con la
participación de músicos, solistas, creadores y académicos como
Demetrio Vázquez Apolinar y Javier Vélez, y agrupaciones como
Samsara y Cartón, además de un grupo de artistas plásticos de la
Universidad de Guanajuato, entre otros. Ese día, adelantaron,
podría anunciarse otra serie de protestas.

http://www.jornada.unam.mx/2006/10/10/a06n1cul.php

10.10.06

Relatos De Un Viandante Sobre El Megaplantón


Una Urbe Sobre El Camellón.
Sergio Raúl López

La incredulidad recorrió los rostros de los hombres con el sol negriamarillo como estandarte. El entusiasmo en millones de ojos atentos devino en cansancio adelantado. Por sorpresa se escuchaba una frase imponente, imperativa, imposible de contradecir. El “sí” que emergió de la masa de gargantas fue automático, más por inercia que como un acto reflexivo. Y en ese momento, el Paseo de la Reforma –ese paseo que permitía a Maximiliano y Carlota, y luego a Don Porfirio, disfrutar su traslado del Alcázar de Chapultepec al Palacio Nacional–, previamente vaciado de autos y de personas, fue invadido por lonas inmensas y desproporcionadas –al menos que sus posibles ocupantes fuesen gigantes o cíclopes– ; cuerdas atadas fuertemente a coladeras, postes y todo aquello que sirviese suficientemente como soporte estable, y gruesos tubos metálicos, penetraron en su asfalto.

El levantamiento inició en la fuente de petróleos y avanzó los muchos kilómetros que conducen hasta el corazón de México, la plaza de todas las culturas que es el Zócalo. Los corazones, excitados, palpitaban. Los rostros asustados, temerosos ante la magnitud de la empresa. Los más, si no en desacuerdo, sí inquietos y poco convencidos. El magno “sí” se gritó como cualquier otra consigna. Pero implicaba un acto inédito en la historia del país: el campamento de protesta política más numeroso, extenso y riesgoso de la historia. Tomar la calle era tomar la historia, y apoderarse para sí del simbólico mito detrás de cada nomenclatura vial: la Reforma, los presidentes Juárez y Madero, y la Constitución. Si reunir más de dos millones de personas para manifestarse públicamente contra los sospechosos resultados de una elección era ya un hecho inédito, lo otro, la instalación permanente de un plantón de protesta a lo largo de 15 kilómetros, era casi un imposible.

En el punto climático de su discurso masivo, Andrés Manuel López Obrador lanzó una pregunta simple, sencilla, pero dura y ardua, con el peso de la historia encima: “¿Nos quedamos?”.

Un anciano, adormecido por los años, el calor, el gentío y el esfuerzo, apenas alcanzó a escuchar la propuesta pero, entre el mar de miedo, incredulidad y pasmo, dijo con simpleza: “Pues nomás tráiganos las cobijas pa’ acomodarse en la noche”. Miles más, muy pronto, tomarían la misma ruta.
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Bulevar de los deseos truncos de una sociedad imposible de delimitar o de definir, el Paseo de la Reforma bien podría confundirse con el de los Recoletos de un Madrid tan similar a la urbe mexicana pero tan inimitable, tan lejano. Su amplio andador sustituyó a Bucareli como sede del paseo dominical en carrozas de las familias pudientes en el porfiriato. Y sus grupos escultóricos no son la Cibeles, el Neptuno ni la Puerta de Alcalá, sino un conglomerado de nombres, gestas y mitos tan numeroso, que algunos de sus bronces han caído en el anonimato –los conteos institucionales hablan de 77 personajes. Una diosa alada de la Victoria para conmemorar a los independentistas descabezados en la guerra contra el orden virreinal se halla al lado de una palmera gigante; también caben protagonistas antagónicos de la historia como Cuauhtémoc y Colón; y también se miran lo mismo las sensuales nalgas de una Diana cazadora mexicanizada y mestiza que un abstracto caballo de aburrida geometría amarilla frente al rascacielos senatorial que la voz popular bautizó como el monumento al plátano pelado. Escenario para cien hoteles, doscientos restoranes, decenas de corporativos empresariales, algunas embajadas, la Bolsa de Valores, un par de moles erigidas que albergan los periódicos “grandes y de la vida nacional”, cines de múltiplex y claro, tragafuegos, limpiaparabrisas, voceadores, floristas, neveros y paleteros, y un sinfín de pequeños sobrevivientes que hallan el sustento entre los miles de automóviles y autobuses que transitan a diario por sus dos sentidos. Lo mismo con las esculturas que con sus habitantes y paseantes se refleja a este país caótico, numeroso y riquísimo, indefinible, por tanto.

Ah, y el constante movimiento. Movimiento paralizado abruptamente por las lonas gigantescas y los tubos enterrados en el pavimento. De súbito, el paseo ordenado por Maximiliano para su comodidad y placer, paró. Vuelto andador, reivindicó a la fuerza el placer de las caminatas al aire libre.

Incluso, nos arrancó una pregunta: “¿Cuándo decidimos que las vías debían tener preponderancia para los autos y no para el andante?
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Alguna mesa de plástico blanco, un par de bancos de madera, un bonche de carteles y de calcomanías, alguna cobija, carros con banderitas y pegotes negriamarillos, garrafones de agua sin abrir, una radio de baterías, un termo con café, otra cobija y la labor silenciosa, presurosa, machacona, prolongada del ejército de trabajadores puesto en marcha apenas se escuchó el sí marcado por la masa y la inercia y la rabia y la incredulidad. El eco aún no salía de las mentes de dos millones y tantos de ciudadanos: “¿Nos quedamos?”. Y ya algunos pocos, aislados, nerviosos, comenzaban a ocupar la calle, la lona, su pedazo de asfalto en este curioso reparto urbano, en estos ejidos de protesta que cancelan los altivos paseos en carroza por el Paseo. Que dejan intuir una lucha renovada, revivida, insólita, entre neoconservadores y neoliberales –sí, uso el término para contradecir su actual significado– en Reforma. Como si siete décadas de gobierno revolucionario e institucional, como si tres décadas de general don Porfirio y diecisiete años de Benito Juárez y República Restaurada se hubiesen olvidado. De nuevo las viejas rencillas, actualizadas. Otra vez vimos un país cortado que siempre lo estuvo, aunque de manera invisibilizada por la aplastante maquinaria del poder posrevolucinario.

La solitaria y fresca tarde de domingo ve el gradual poblamiento del campamento más grande de la historia para la megaurbe más estrafalaria y (casi la más) poblada del mundo.
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Campeaba la incredulidad. ¿Una sociedad inmersa en el círculo vicioso del consumismo, del hedonismo autocomplaciente, de los medios interesados en el “entertainment” a la gringa (cine, programas, deportes, videojuegos, música para la evasión, no para la recreación y menos para la reflexión) podría mudarse a la calle, a los campamentos, a lo que se denominó “resistencia civil pacífica”? ¿Dejar la televisión, el horno de microondas, el refrigerador, la comida rápida y el teléfono para protestar? ¿No era ya suficientemente enfadoso caminar los domingos bajo el rayo del sol veraniego para escuchar al líder y gritar consignas? ¿Qué se hace en un campamento de resistencia? ¿Sentarse en una silla hasta que se resuelva la petición o la policía desaloje? ¿Preparar café y comida para miles? ¿Escuchar largos discursos revolucionarios? ¿Hallar los viejos libros y discos combativos? ¿Agitar banderas y gritar consignas? ¿Dormitar?

La gente, la gente es sorprendente. No sólo acudió al llamado y mudó su vivienda a la zona más cara del país –me refiero banquetas adentro, no calle afuera–, no sólo ocupó sino que se apropió del espacio tomado. Y de qué manera.

El ataque mediático fue inmisericorde. Les llamó violentos, renegados, inconformes, anacrónicos, fervientes creyentes en el populismo, estorbos, sucios, nacos, invasores, ilegales, pobretones, desheredados... y ellos respondieron montando una ciudad cultural, un pintoresco carnaval donde confluyeron las expresiones populares de una masa que se descubrió con voz, con una raíz ancestral, con una forma peculiar de existir.
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¿Qué puede esperarse hallar en una calle tomada? La imaginación puede tomar curiosos vericuetos y prever barricadas, piedras arrancadas del asfalto, hogueras, autos incendiados, comercios tomados. Porque cerrar al tránsito vehicular la avenida más emblemática de la Ciudad de México, corazón además de un país centralista, es un acto ciertamente violento, pues entraña cancelar el uso social para el que fue construido: el libre tránsito de vehículos. Se esperarían los gritos e insultos, los dimes y diretes entre los plantonistas y el infinito e incontrolable tráfico vehicular que cotidianamente emplea esa ruta, la presencia ominosa de la policía estatal para controlar y en su caso desalojar. En fin, el caos, el choque.

Todo, cualquier cosa, menos un carnaval cultural.
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La batalla más encarnizada que han enfrentado los miles de ciudadanos plantados en el Paseo de la Reforma, Madero y el Zócalo, desde el 30 de julio pasado, ha ocurrido en el tablero de ajedrez. Claro que se mantienen en la calle como vía de resistencia pacífica para protestar por la forma en que ocurrió la elección presidencial, pero el deporte-ciencia es su principal afición.

La estrategia y el oficio requeridos para mover torres y reinas, caballos y peones, alfiles y reyes se ejerce a diario en los varios kilómetros de la avenida más emblemática de la capital mexicana. Prácticamente en todos los campamentos es posible encontrar al menos un par de jugadores concentrados en derrotarse mutuamente. Los menos jugando dominó y baraja. Pero también hay libros. Y periódicos murales. Y dibujos . Y carteles. Y frases manuscritas. Y mojigangas. Y música. Y baile.

Justo en eso, en el carácter pacífico y sobre todo cultural de la Asamblea Permanente, como la nombran sus integrantes o del secuestro de la ciudad de México como los medios masivos insisten en calificarla, radica la gran sorpresa. En redescubrir a la sociedad solidaria y auto organizada, comunitaria. ¿Alguien recuerda el terremoto de 1985?, ¿el no a la guerra en 1994?, ¿la resistencia contra el fraude electoral en 1998? Ciertas similitudes las acercan, el sentido comunitario se adivina.

Debajo de las lonas gigantescas, interminables, amarillas; de los kilómetros de mantas, carteles y periódicos murales, ha surgido un ambiente carnavalesco, festivo, que en medio de la tensión, de la rabia sorda que se adivinan en la sociedad mexicana inconforme, ha transformado la protesta y la ha vuelto sinónimo de expresión individual, de toma de conciencia histórica, de visibilización de la cultura popular mexicana.

No podría entenderse pues, de otra forma, que durante las noches, la música vague, sigilosa, de un campamento a otro. Que la melancólica alegría del son jarocho, encarnada en una treintena de jaraneros, acuda religiosamente a visitar a los plantonistas y ofrezca largas sesiones de fiesta con los zapateos, las arpas, las jaranas y los requintos tradicionales del sur de Veracruz. La brigada de voluntarios, autogestiva y sin dirigentes, surgida casi por generación espontánea desde que se reunieron en la gran marcha que provocó el plantón, no ha faltado un sólo día con su regalo sonoro. Se le conoce, simplemente, como Fandango por la democracia.

Y así como ellos, cientos de cantautores se lanzan a los múltiples foros de los campamentos para ofrecer música y no sólo inconformarse mediante piezas oratorias. Y dada la calidad de andador forzado en que Reforma se ha tornado, ha devenido en foro repentino, fugaz, para declamadores, cuenta cuentos, saxofonistas, violinistas, percusiones africanas y brasileñas, tenores, bandas de viento. Sonidos distantes del mitin y la consigna. Y de la supuesta –y mediática– violencia de los renegados.

Pero el centro indudable de este fervor artístico y político es el escenario permanente de la plancha del Zócalo. La plataforma diaria para los discursos de Andrés Manuel López Obrador y sus compañeros políticos, sirve también para otro tipo de rituales. A diario su escenario alberga cientos de artistas: ensambles de cuerdas, de percusiones, de vientos, grupos huastecos, soneros michoacanos de tierra caliente, bandas de rock, ska y reggae, cantantes de ópera, coros y cientos de solistas que lo han reclamado para sí y para el público de plantonistas de todos los estados y seguidores que han tomado primera plancha de concreto de la República.

Baste citar que ahí Eugenia León volvió sello del movimiento de resistencia civil su magnífica interpretación a capella de “La paloma” con paráfrasis en la letra a favor de la lucha juarista –y una reciente adaptación obradorista. Desde entonces, la grabación de la pieza suena incesantemente en cientos de reproductores por todo el plantón, lo mismo que la balada “Color esperanza” del cantautor argentino Diego Torres –quien se queja, por cierto, del uso político que se ha dado a la misma– y se han revivido temas de protesta latinoamericanos aparentemente anacrónicos y olvidados que retomaron vigencia: Quilapayún, Amparo Ochoa, Gabino Palomares –quien coordina varias actividades artísticas del plantón–, Los de Palancahuina Carlos Puebla y la nueva trova cubana, entre tantos otros.

¿Cuántas canciones se habrán compuesto en torno al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador? Hay centenares de décimas espinelas con la exigencia del recuento y en contra del fraude, cientos de canciones a ritmo de banda norteña, polca, corridos de Zacatecas, chilenas de Guerrero, cumbias, un merengue y un reggaetón del Pejelagarto. Curiosamente, un líder tan denostado y criticado, ha provocado un alud de composiciones y adaptaciones provenientes de todo el país. Se ha ganado el corazón de la música popular.

Un movimiento político que canta, que suena, tiene que bailar. Y es lo que se hace en los campamentos de Iztapalapa y de Iztacalco, donde permanentemente un sonidero programa cumbias, salsa, son cubano y hasta reggaetón en un par de pistas cerca del Hemiciclo a Juárez –junto al trío de criticadas canchas de futbol rápido siempre ocupadas–, lo que generó la idea del concurso “Bailando por un fraude” que Jesusa Rodríguez organizó en el Zócalo.

Por cierto, que junto a la teatrera –maestra e ceremonias y promotora cultural del plantón–, aparecen actores, escritores y cantantes profesionales que apoyan el movimiento de resistencia: Ofelia Medina, Daniel Giménez Cacho, Isela Vega, Sergio Pitol, Elena Poniatowska, Dolores Heredia, Héctor Bonilla, Regina Orozco y hasta Jorge Arvizu “el Tata” que de oficioso vocero foxista en la serie cómica El privilegio de mandar ahora acabó pejista, tras grabar algunas breves parodias distribuidas masiva y gratuitamente, la más famosa de ellas resulta elocuente: “¡Hay tamales calientitos!, ¡tamales Hildebrando!”

Y qué decir de las pantallas. Los televisores se multiplican y erigen como mini salas audiovisuales con algunos pocos asientos para el paseante. Además de los cuatro documentales de Luis Mandoki de rigor (¿Quién es el señor López?) y de algunos otros como los del Canal 6 de julio (El fraude según Fox, Halcones, terrorismo de Estado, Cerco en Atenco ) o sobre las represiones estudiantiles (El Grito), se proyectan películas: Voces inocentes, El rey Arturo, Canoa, Rojo Amanecer, de manera gratuita y en franca oposición al cine establecido de múltiplex, altos precios y público focalizado. La pantalla gratuita, reflexiva, para todos, pues sólo cuestan las palomitas.

Y en toda esa amalgama festiva, carnavalesca que subvierte el orden y permite todo exceso a través del humor y la fiesta, encontramos una feria con un carrusel para niños que “defienden a AMLO”; tiros al blanco con Foxestein y King FeCal como monstruos que arrojan agua; carritos en riel; talleres de pintura y manualidades.

Algo se ha despertado en estas protestas sociales. Y eso no tiene que ver con las ambiciones políticas ni con los fraudes electorales. El pueblo tomó la calle y no saqueo comercios ni quemó autos o apedreó edificios. Dejó salir esa vena profunda, esa raíz histórica del arte y la cultura popular. Cantó, dibujó, trazó poemas.

¿Existe una forma más civilizada de manifestar el desacuerdo? ---------------------------------------------------
Eran los mismos autómatas grotescos. Un monstruo de Frankenstein con saco vetusto y polvoso, tornillos en el cuello y manos verdes con uñas blancas; el otro, un King-Kong con negra pelambrera de peluche, colmillos blancos y ojos de canica negra. Como columnas de un templo, un irreverente templo a la picardía popular y a la rabia social. Ambos arrojando agua desde su vejiga artificial a todo transeúnte en sus cercanías cuando cualquier acertaba en el tiro al blanco que los activa. Como en todas las ferias pueblerinas y de barriada, con sus blancos metálicos de patos, águilas y otras figuras, con sus conjuntos musicales de títeres animados mecánicamente moviéndose al ritmo de alguna melodía. Pero con una diferencia: el local posee carteles exigiendo el recuento total de votos. Y los monstruos tienen máscaras de látex de Vicente Fox y de Felipe Calderón, respectivamente.

Sobre la avenida Juárez, muy cerca del Palacio de Bellas Artes, se instaló una feria del voto. En ella no están los Casillas jugando a la Lotería como en los anuncios del IFE, ni Rosita la del mole, está el campamento de la delegación Benito Juárez donde una asociación de juegos mecánicos y ferias instaló sus aparatos: carruseles donde dan vuelta junto con los niños, carteles con la imagen de Luis Carlos Ugalde que reclaman el robo electoral; una pequeña rueda de la fortuna en que circulan los carteles de “No al pinche fraude” con una imagen en alto contraste de un prohibido Felipe Calderón cruzado por una barra roja; troncomóviles en un riel, canoas con mascarones de dragón y claro, un carrusel donde un letrero advierte: “Los niños estamos con AMLO”.

La cultura carnavalesca, el realismo grotesco descrito por Michael Bajtin aquí cobra sentido. En la Europa medieval las diversas carnestolendas llegaban a prolongarse casi la mitad del año y en ellas se subvertía el orden social en las plazas públicas, el poderoso se mezclaba con el pueblo y el rey feo podía ser aclamado y obedecido y los frailes escribían la Liturgia de los bebedores o La Biblia invertida como en la Cena de Cipriano y se hallaban formas rituales como los bailes populares, obras cómicas de bufones y clowns, y el vocabulario popular en pleno apogeo.

En este plantón en que la rabia social se transformó en fiesta, el bloqueo vehicular en andador forzoso, en galería infinita de obras de arte y fotografías –a lo largo de la Alameda–, cientos de miles de mensajes manuscritos de repudio, dibujos grotescos del humor al exceso e incluso, un personaje pintoresco que recupera la cultura de la carpa y el burlesque: Yermo (Guillermo Higuera) quien entre albures, groserías e insultos divierte a los plantonistas con acerbas críticas a los autos (“¿para qué chingaos quieren que se quite el plantón, para que con sus pinches carros puedan hacer solitos los embotellamientos de siempre?), al poder mismo (“es que se siente re gacho que nos insulten, que le digan Carlos Salinas es peor que le mienten la mamacita a uno”) e incluso autocríticas al perredismo en persona (“ya me voy a dar función al campamento de Dolores Padierna... híjole, es la esposa del tal Bejarano, ¿verdad?, mejor no voy, qué tal si me roban la coperacha que ustedes ya me dieron... ya ven, nomás cría fama”).

Esa libertad irrestricta, para hablar mal hasta de uno mismo, para criticar sin tapujos lo que está mal incluso de la propia casa, también es característica de esta ciudad erigida sobre el asfalto, las blancas líneas de los carriles y debajo de semáforos y postes de luz y teléfono.

Se respira cierto tipo de libertad. Libertad pública. Libertad cobijada en la seguridad comunitaria. Libertad carnavalesca. Se respira, además, menos smog.
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Un hombre espera entumido con una jarana en el regazo. Su soledad es el frío y lo oscuro de la plazoleta que guardan los leones broncíneos en la entrada al bosque de Chapultepec. Otea las avenidas a la espera de un rebozo, un paliacate, de otro sombrero ranchero como el suyo, abandonado en la banqueta, a su lado.

Mientras pone en tono el instrumento con un afinador electrónico –paradójica reunión de la tradición centenaria con la comodidad del transistor– arriban un par de amigos fumando un cigarro. Y mientras recuerdan viejos versos de sones casi olvidados para los mexicanos, llega el resto. Silenciosos, discretos, expectantes.

Es esa una brigada fantasmal, nocturna, que existe para muchos sólo en los rumores. Aparecen por aquí, por allá, casi al azar. Cinco, diez, treinta, nunca los mismos. Cargan una pequeña tarima fácil de cargar. Tienen instrumentos extraños, alargados, finos. Jaranas de todos los tamaños con requintos y bajos, panderos y quijadas de burro, un acordeón, vaya, y los tacones, los tacones para zapatear. Los vampiros jarochos han deambulado por todo el plantón desde los millones respondieron el temerario sí a esa pregunta simple. “Nos quedamos”.

Desde entonces son diarios, entercados, asiduos, incansables visitantes de los campamentos. Cada noche un plantón distinto. Las 16 delegaciones. Los 32 estados. Personas de las más diversas estirpes: obreros, estudiantes, amas de casa, burócratas gubernamentales, abogados, campesinos. A todos les entregan su versada, su ritmo, su son jarocho. No tienen líderes visibles sino organizadores. Pero acordaron un nombre para su movimiento: el fandango por la democracia.

Y esos ojos cansados tras un mes pernoctando en la calle, alimentándose en las cocinas colectivas, ocupados en la resistencia pacífica, se alegran. Hay extrañeza, pero pronto también alguna risa. El “Siquisirí” rompe el silencio de la noche, la tranquilidad bajo las lonas. Y desde lejos se alcanzan a distinguir los primeros, rítmicos, zapateos.

Hay nombres conocidos, se distingue Joel González, arpista, leonero y ex integrante de Los Cojolites. También la maestría en los pasos de Rubí Oseguera, quizás la más famosa entre las bailadoras. Y la arpista Adriana Cao Romero, siempre sonriente, siempre con voz suave, bella. Ambas llegaron a coincidir en Chuchumbé. Y Luis Miguel Cruz Lara, el líder del grupo La Zafra, de Tlacotalpan pero afincados en Azcapotzalco, igual que sus talleres gratuitos. Tacho y Wendy Utrera, desde Jalapa, con toda la carga de esa familia profundamente fandanguera de El Hato. Ulises y otros ex integrantes de Zacamandú. Y don Luis Chávez, viejo y profundo conocedor del son jarocho. Y Ricardo Martínez Atala, el decimero que dice sus versos grillos y carga con orgullo su jarana charolera “de marisquería” , auto encargado de dar los discursos de lucha social. Y decenas más, siempre mezclados, siempre indiferenciados, siempre donando el son, sin reclamar mérito personal para ninguno. Comunitarios, pues, como en las rancherías donde aprendieron las artes del fandango.
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Toda la carga social. Ese alud de expresiones populares. Los cientos de miles de hojas sueltas con mensajes de apoyo. Los discursos espontáneos de los manifestantes que de pronto se hallaron ante un micrófono. Los innumerables cartones que, despiadados, critican al poder y a la elección presidencial. La banda de viento campechana que hizo bailar a más de cincuenta. La de tierra caliente. La jaula sobre el auto que en su interior encierra al hombre con máscara de Ugalde. El zanquero con máscara de Fox que manipulaba con un comando al pequeño títere con máscara de calderón. El caballo de Troya armado con huacales. Los inmensos, coloridos toros de cartonería provenientes de Tultepec. El vistoso luchador amarillo-negro con dos letras sobre su escudo en el pecho: PG. Los miles de niños –y adultos– cargando su muñeco de vinil de traje negro, banda tricolor al torso y gallito en el cabello cano. Los que ofrecen escapularios, plumas, fotos, camisetas, tazas, vasos tequileros, pulseritas y demás bisutería con emblemas del movimiento. Los letristas de todos los corridos. Las fotografías reunidas por Isaac Mazri. Los cientos que ondeaban una vistosa bandera tricolor. El primero que gritó la frase “Voto por voto, casilla por casilla”. Los vendedores de elotes y jicaletas. El que acuñó la moneda conmemorativa de la resistencia civil. Los millones que han sido movilizados.

¿Serán un peso, un alivio, un apoyo? Es difícil decirlo. Lo cierto es que Andrés Manuel López Obrador, candidato perredista, líder del movimiento, lleva consigo una larga cauda social, un grito popular, un colorido carnaval que en su expresión artística lleva la protesta política. Como uno más de los habitantes de esa urbe erigida sobre el asfalto, reflejo del imaginario de esa sociedad que persiste en hallarse a sí misma.

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Las lágrimas y los gritos se confundían. Las banderas desvaídas, las matracas desdentadas y las playeras con calcomanías desprendiéndose. Un setentón advirtiendo que lo que sigue es la resistencia “en la sierra”. La depresión. Más llanto, pero rabioso. Los cercos policiales y los helicópteros para resguardar al candidato pacífico. Una vez emitido el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la exigencia del Voto por Voto dejó de tener significado. El plantón mismo también, podría desaparecer antes de las fiestas del 15 y del 16 de septiembre para evitar un enfrentamiento con el ejército mexicano. La ciudad cultural, el carnaval de expresión popular podría vivir sus últimas horas.

Al retornar a la vida cotidiana, ¿podrá mantenerse ese ánimo festivo, artístico, expresivo, cuando esa multitud rabiosa, dolida, derrotada por una sospechosa legalidad estatal, regrese a casa?

Lo que sigue es impredecible, pero se presiente la oposición seca. La cultura y el arte, me temo, habrán quedado como el jubiloso remedo de una lucha que se antojaba un sueño. Un sueño de los justos.
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Pero no hubo rabia, sino alegría. El último SÍ fue gritado con una sonrisa gozosa en los labios. Con las comisuras estiradas al máximo. Con los puños ­–o las V de la victoria o el pulgar en ristre– en alto como en todo triunfo. El último SÍ con el Zócalo rebosante, repleto de una muchedumbre que debe contarse, de nuevo y como de costumbre, por millones y no por miles ni por cientos. Como si la derrota entrañara una fiesta. Con el entusiasmo y la alegría por un patriotismo que se creía extinto, abandonado en el archivo muerto de la historia.

Ninguna derrota es gloriosa, acaso será épica. Pero el último SÍ, el que declaró a Andrés Manuel López Obrador Presidente Legítimo de México contenía el sabor de las gestas gloriosas. La derrota en un turbio proceso electoral se transmutó en la erección de un gobierno paralelo, en una trashumancia sexenal que intentará emular la república juarista ambulante, con camionetas corriendo a exceso de velocidad por las carreteras en lugar de carreta y sin persecutores franceses ni conservadores sino con el hostigamiento, la condena o la invisibilización por parte de los medios de comunicación, en un mandato popular sin pagos a funcionarios, estructura burocrática, ejército ni presupuesto oficial. La pérdida del poder político en los recovecos de la institucionalidad electoral dio pie a la formación de una presidencia moral, si es que tal cargo puede ejercerse en manera alguna. Condujo a un poder paralelo que podrá caminar en las calles y arengar multitudes en las plazas, mientras que el poder institucional desde ahora se guarece detrás de vallas militarizadas, ha de volar en helicóptero para evitar las protestas y el rechazo, y poseerá como tribuna el cuadrado casero de los televisores cuyos espectadores encallan peligrosamente en las mediciones del rating.

Y el centenar de huicholes empapados por el torrencial aguacero que dejó el cielo despejado para el ritual masivo de una Convención Nacional Democrática que sólo confirmaría las propuestas hechas de antemano, reflejaba la convocatoria nacional del millón y más de personas aglutinadas en torno al Zócalo. Permitía entender la confluencia de un ciento de bajacalifornianos, de miles de hidalguenses y mexicanos, guerrerenses, oaxaqueños, michoacanos, tabasqueños o chiapanecos. De los infinitos acentos y lenguas que pueblan dentro de nuestras fronteras multiculurales. Los méxicos multiplicados que la publicidad televisiva y los discursos de políticos y analistas buscan hacernos pensar que se reducen a dos polos opuestos.

El himno, empero, entonado por el millón de gargantas pareció real. Sin importar su poética bélica, claramente decimonónica, inservible para la actualidad del país, como un viejo bronce del pasado que de pronto adquiriese un significado distinto bajo su pátina herrumbrada. Quizás fuera el renacer de un fervor patrio, tan en desuso. O el reconocer en ese gentío al macrocosmos de (casi) toda la nación.

Lo único cierto es que, tras la toma del corredor principal al corazón de la República centralista la violencia no se desató y tampoco la amargura. A cambio la autogestión, la autodeterminación simbólica. La lección del plantón, me parece, fue entendida. Ante los muros policiales y militares, ante las instituciones cerradas y unidireccionales, ante el poder ya definido, el camino no fue la revolución sino la rebeldía visibilizada. La toma de posesión en el aniversario de la revolución –de nuevo en el Zócalo, vuelto el espacio abierto, público, sin necesidad de operativos de resguardo ni helicópteros– donde se urdirá la fiesta de la derrota pero del triunfo, de la emergencia de un poder carente de instituciones establecidas pero con una legitimidad parcial, en un arrebato moral, quizás ético. Pero eso sí, convenientemente adelantado al acto protocolario oficial que enfrentará una gran oposición legislativa y la probable necesidad de trasladarse del Congreso a un sitio alterno.

El zócalo será entonces el corazón de una nación autodeterminada, autoerigida. Será la oficina austera, humilde, que correrá en sentido contrario al ostentoso despacho oficial del Palacio Nacional.

Y un país distinto, esperanzado, correrá su propio sendero, buscará su propio camino, harto de que la realidad no pueda ser atisbada siquiera por los altos círculos del poder, de la fuerza. Esperemos esta revolución de la conciencia no se vea orillada a oponer la fuerza con la fuerza, la sangre con la sangre. Que los boicots y las protestas y la conducta cívica permanezcan como sus únicas –e inapelables– armas. Que la inteligencia y el humanismo prevalezcan.


9.10.06

Fotos De La Caravana

Hoy Lunes 9 de Octubre al mediodia se llevo acabo la Caravana de Autos en Pro de las libertades y derechos ciudadanos.


8.10.06

Caravana De Autos En Pro De Las Libertades y Derechos Ciudadanos.


Este Lunes 8 de Octubre a partir de las 11:00 am se llevara acabo la caravana de autos. El punto de partida sera en la "Presa de La Olla" para de ahi partir rumbo al centro de la ciudad. Se invita a participar a todos los que puedan asistir, con o sin auto.

6.10.06

Se Presenta Denuncia Ante Derechos Humanos.

Con motivo del Estado de Sitio que se vivio en la ciudad de Guanajuato durante la visita del presidente fOX a la apertura del FIC (Festival "Interpolicial" Cervantino), miembros del Comite de Resistencia Civil en esta ciudad presentamos el dia de ayer una denuncia contra quien resulte responsable de los atropellos del pasado miercoles ante la Comision Estatal de Derechos Humanos.



Mas Fotos De La Ignauracion Del FESTIVAL "INTERPOLICIAL" CERVANTINO.




4.10.06

Secuestra Fox a Guanajuato y al Cervantino


El acto inaugural del 34 Festival Internacional Cervantino ha sido secuestrado por el Presidente de la República para convertirlo en una fiesta personal de la que están siendo excluidos los guanajuatenses. La violación de nuestras garantías individuales viene acompañada de un trato despótico de parte de las fuerzas del orden, todo ello con el beneplácito del nuevo gobierno estatal.

Nuevamente, el “gobierno de las instituciones” viola la ley de manera flagrante transformando el estado de derecho que tanto dicen defender en un Estado de Sitio, vulnerando la garantía constitucional de libre tránsito y sometiendo a los ciudadanos a ilegales interrogatorios y cateos en los retenes que bloquean la ciudad, en el más puro estilo de Gustavo Díaz Ordaz y Augusto Pinochet.

¿A que viene el traidor Vicente Fox? A ofender al pueblo de Guanajuato, parapetado en un excesivo e insultante aparato de seguridad que solo exhibe el miedo al rechazo popular por el fracaso de su gobierno y por la traición que nos hizo a todos al violar la ley para imponer a un presidente espurio.

Ante estos hechos la Comisión Organizadora de la Convención Nacional Democrática en Guanajuato y el Comité de Resistencia Civil de este municipio, condenamos el abuso de autoridad cometido por el presiente contra los guanajuatenses y exigimos al gobernador Juan Manuel Oliva que haga valer la soberanía estatal para que salga del Estado de Guanajuato la Policía Federal Preventiva que no ha contribuido a disminuir el índice delictivo pero se ocupa de reprimir a los jóvenes y a los opositores al régimen.

La Convención Nacional Democrática exige el pleno respeto de las garantías individuales, a los derechos de manifestación y de reunión y anuncia que hoy por la tarde hará sentir la voz de la dignidad para protestar por un atropello más a la ley y a la dignidad de los guanajuatenses y acudiremos a la Procuraduría Estatal de Derechos Humanos a denunciar esta violación.*

Que Payasada Es Esta fOX?!

Se abre el Festival Internacional Cervantino y los guanajuatenses nos encontramos con una ciudad que ha sido tomada por el EMP como si nuestros barrios fueran escondites de terroristas o narcotraficantes ansiosos de venganza. Que significa esto fOX? A quien crees que engañas con estos cercos? Ante quien te quieres lucir? De quien te escondes?... del Pueblo?. Y si te escondes, si tienes tanto miedo; por que sales y nos entorpeces la vida a todos? Quédate en tu rancho, quédate en Los Pinos...ya déjanos en paz!. A quien te quieres ganar con tus cercos militares? Seguramente no al Pueblo de Guanajuato. Incluso los que votaron por ti deben estar avergonzados de tus aires de “dictadorzuelo barato” que solo atina con amagar la represión para ganarse un respeto que ya buena parte de México no te tiene.

Y lo más grotesco e indignante es que en los cateos para ingresar a las zonas de la ciudad tomadas por tus gorilas; ahí donde se podría estar escasamente cerca de tu triste figura, lo que se busca no son armas o bombas. No, lo que se busca son: marcadores, hojas de papel con alguna critica en tu contra, alguna pequeña manta, alguna camisa amarilla (??!!)...Cómo le llamamos ha esto fOX? Dinos cómo!..Libertad de expresión??

Que Vergüenza fOX!! Que Vergüenza!!